Cuando el trabajo nos envuelve en la rutina y la demanda, es fácil dejarnos llevar por un camino que no es necesariamente el que queríamos para nosotros. La demanda del trabajo y los intereses propios, a veces no van tan en paralelo como esperaríamos.
Qué hacer si estamos tirando en direcciones opuestas? Cómo, al menos, equilibrar la Balanza? A qué darle prioridad?
En algunos casos, nos hemos dejado llevar tanto por las sugerencias de los demás, familia, trabajo, que hemos minimizado nuestros propios intereses, al grado de no identificarlos y no saber lo que queremos.
Identifica qué es lo que quieres lograr, busca un punto de referencia. Planifica en torno a ese objetivo, qué quieres, qué necesitas para lograrlo, cómo planeas ejecutar cada cosa y, cuándo.
Sé realista con tu plan, con tus tiempos, con tus compromisos, toma decisiones.
Con esfuerzo y determinación, sólo así se materializan los sueños.